
Muchos de nosotros hemos escuchado y aprendido desde pequeños, que toda actividad que realicemos bien, o si obtenemos una buena calificación, tendremos como respuesta, una recompensa. ¿O no les suena familiar frases del tipo: “el que termine primero, se ganará una estrella” o “el que realice bien todos los ejercicios, tendrá un siete”?
Es común ver en las salas de clases, como los docentes recurren a este tipo de estrategias para incentivar la enseñanza y el aprendizaje de los alumnos. Es cierto, que los incentivos son una herramienta más eficaz que los castigos para motivar a los alumnos, ya que estos refuerzan lo positivo de cada uno y permiten valorar el aporte que entregan los alumnos. 


En este caso, podríamos explicar a partir de la interacción simbólica de Herbert Blumer, que la persona, en este caso, el niño en cada uno de sus actos, interpretará el estímulo y podrá dar una respuesta al mismo, dependiendo del significado o conveniencia que tenga para él, como en el caso anterior, una buena nota, una estrella, etc. lo llevará a realizar distintas acciones que pida el profesor, para poder obtenerla.
Pero… ¿cómo se está llevando a cabo esta acción?
El profesor, al plantear estos incentivos para que sus alumnos respondan, está exigiendo rapidez o habilidad, entonces, los únicos que lo lograrán serán los “buenos alumnos”, ya que en el mismo caso, un niño con déficit atencional o uno con bajo rendimiento, necesitará más tiempo, paciencia y dedicación para realizarlo, por lo tanto, nunca logrará el objetivo y por ende, no obtendrá el incentivo o motivación para aprender.

Hipótesis: los profesores al proponer un incentivo o recompensa, sólo conllevan a que los “buenos alumnos” sean siempre los que cumplan, mientras los demás no lograrán el objetivo que el profesor espera, por lo tanto nunca recibirán el incentivo, por parte de él y no tendrán un verdadero aprendizaje.


Es así, como a pesar de que los profesores están incentivando, no lo hacen de una forma equitativa, ya que sólo se centran en los niños, que tienen más facilidad para aprender, porque ellos realizarán lo que él les diga, pudiendo obtener el incentivo y así seguir motivándose y aprendiendo.
En definitiva, los incentivos por parte de los profesores tendrían que abarcar el aprendizaje para todos los alumnos por igual. Debiera ser una acción equitativa y justa. No sólo entregar recompensas al que lo hace mejor, o más rápido, sino que entregar incentivos verdaderos, para que todos los alumnos sientan el apoyo y la motivación por parte de los profesores y así crear una conexión de enseñanza entre todos y para todos los alumnos.


1 comentarios:
Yamila Salazar
• Presenta citas bibliográficas que avalan sus argumentos: 0/2
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• Presenta un problema o fenómeno relevante del ámbito escolar: 3/3 Buen tema
• Utiliza adecuadamente un referente filosófico y/o un autor perteneciente a uno de los paradigmas: 5/5
• Plantea una pregunta de investigación para el fenómeno: 2/2
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Yamila, es necesario que las opiniones sean fundamentadas, de lo contrario el trabajo pierde peso. Un trabajo claro y muy apropiada del formato del blog.
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Nota: 6,3
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